En nuestro despacho ofrecemos un servicio de control de morosidad y recuperación de impagos.
En primer lugar, nuestra filosofía es que la prevención es la mejor herramienta para luchar contra la morosidad. Por este motivo tratamos de inculcar a nuestros clientes la necesidad de saber con quien se contrata, y elegir el modelo de contratación que permita una rápida ejecución en cuanto surge una incidencia.

Si pese a la prevención, surge una situación de impago, siempre intentamos resolver esta situación por la vía amistosa, intentando llegar a un acuerdo con el deudor. Dentro de estas opciones, incluimos la posibilidad de acudir a la jurisdicción voluntaria y la conciliación judicial, para evitar mayores costes a nuestros clientes.

Si la vía amistosa resulta fallida, entonces procedemos a reclamar las deudas por el procedimiento correspondientes, tanto el procedimiento monitorio, como los procedimientos declarativos (verbal y ordinario), sin olvidarnos del procedimiento cambiario si estamos ante un cheque, una letra o un pagaré.

Pero nuestro trabajo no acaba aquí, porque en ocasiones no basta con obtener una sentencia favorable, sino que hay que recurrir a la ejecución para conseguir cobrar la deuda. Nuestros abogados recurren a todos los instrumentos que ofrece nuestra legislación para localizar y ejecutar bienes del deudor y conseguir el cobro de las cantidades debidas, aunque en un primer momento no se consiga, nunca abandonamos, por si aparece dinero o bienes, aunque hayan pasado meses e incluso varios años.